viernes, 2 de noviembre de 2007

La depresión en la niñez...

La depresión en la niñez
La depresión en la niñez se empezó a reconocer solo hace dos décadas.
El niño deprimido puede simular estar enfermo, rehusar a ir a la escuela, no querer separase de los padres o tener miedo a que uno de los padres se muera.
El niño más grande puede ponerse de mal humor, meterse en problemas en el colegio, comportarse como un niño travieso o indisciplinado, estar malhumorado o sentirse incomprendido.
Dado que los comportamientos normales varían de una etapa de la niñez a la otra, es a veces difícil establecer si un niño está simplemente pasando por una fase de su desarrollo o si está verdaderamente padeciendo de depresión.
A veces el niño tiene un cambio de comportamiento marcado que preocupa a los padres, o el maestro menciona que el "niño no parece ser él mismo". En tal caso, después de descartar problemas físicos, el pediatra puede sugerir que el niño sea evaluado, preferiblemente por un psiquiatra especializado en niños. De ser necesario un tratamiento, el médico puede sugerir psicoterapia, generalmente hecha por otro profesional, como un trabajador social o un psicólogo, mientras él receta medicamentos si son necesarios.
Los padres no deben tener miedo de hacer preguntas: ¿Está capacitado el profesional que va a llevar a cabo la psicoterapia? ¿Qué tipo de psicoterapia recibirá el niño? ¿La familia deberá participar en la terapia? ¿Será el niño tratado con antidepresivos? De ser así, ¿cuáles podrían ser los efectos secundarios?
El
Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) ha identificado el uso de medicamentos para la depresión en niños como un área importante de investigación. Las Unidades de Investigación en Psicofarmacología Pediátrica (Research Units on Pediatric Psychopharmacology, RUPP), respaldadas y financiadas por el NIMH, conforman una red de siete centros de investigación donde se llevan a cabo estudios clínicos. Estos investigan la eficacia de medicamentos usados para tratar varios trastornos mentales en niños y adolescentes. E
ntre los medicamentos en estudio, se cuentan algunos antidepresivos que han demostrado ser efectivos en el tratamiento de niños con depresión, cuando el médico los receta y supervisa correctamente.
(En mi opinión personal no soy partidaría a las medicaciones ya que todas crean adicción, acostumbran al organismo generando una dependencia no busada ni querida. La salida se encuentra en uno mismo aunque se trate de un niño y ahí sí requerirá en mayor medida del apoyo familiar, del cariño de sus padres, hermanos y familiares directos, el que ésto se sepa en los lugares que frecuenta como ser el colegio o club, para que sea tratado de buena manera ya que se encuentran más susceptibles que el resto de los niños, que se les dé cariño, apoyo y contención es la ayuda más inmediata y que mejores resultados puede generar en la evolución del cuadro hacia un panorama más favorable. Es igualmente el ir paso a paso, cada día.)

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